Jayne y June, dos hermanas que viven realidades bastante diferentes en la ciudad de Nueva York, vuelven a reunirse después de meses de contacto nulo. A pesar del desprecio y resentimiento que pueden sentir, ambas se aman de una forma demasiado fuerte e incondicional por lo que harán lo posible por salvarse la una a la otra.
Recientemente he adquirido el hábito de no tener expectativas, voy al cine sin ellas y de igual forma es que comienzo a leer un libro nuevo. No espero nada, lo que para mí se siente como poner un lienzo en blanco en mi mente. Así hay espacio para sorprenderse, tanto de una forma positiva como negativa. Pueden haber decepciones o puede ser, como fue mi caso con “Clara y Yema”, que quede maravillada, pasmada, destrozada y encantada.
Para mí esta novela es una joya que recomendaré sin lugar a dudas a cualquier lector mayor de 18 años. Como advertencia, en el libro se tratan temas relacionados a trastornos de la conducta alimentaria que pueden ser detonantes para algunas personas, así que en esos casos se recomienda precaución. Si como yo has atravesado por situaciones similares y te sientes listx para afrontarlo a través de nuestra protagonista, adelante.
¿Por dónde comenzar?
Para mí tanto la historia como la forma de narrar de Mary resultó atrapante. Todo está contado desde la perspectiva de Jayne. Ella es una chica de 20 años, caótica, insegura pero con muchas ganas de vivir. Su amor por Nueva York, por el arte de lo cotidiano y la personalidad única y chispeante representada a través de la moda se sintió contagioso. Pude ver la ciudad con sus ojos y vibrar con ella.
Sin embargo, la forma en que más conecté con ella fue a través de sus defectos y comportamientos autodestructivos. Hoy me siento afortuna pues estoy en un lugar diferente, aunque lejos de ser perfecta. Puedo decir que estoy lejos de eso, lejos de las ganas de vomitar después de un atracón; de alejarme de todos por sentir que no soy suficientemente buena como amiga, novia o lo que sea; lejos de robar cosas pequeñas por la sensación de pensar “pude hacer”; lejos de compararme con otras chicas, de sentir que no soy bonita porque no son tan flaca, tan auténtica, tan cool…
Aun así sé que quedan remanencias de todo eso y esa fue en la forma que conecté con Jayne. Porque aún hay una parte de mí que siente que nunca será aprobada por mi madre, una parte de mí que desea ser más flaca, que se avergüenza por no haberme esforzado más en la escuela o no haber elegido lo que realmente quería; una parte que en afán de sentirse bien busca comer hasta hastiarse y que después de eso siente una culpa terrible.
Mientras leía este libro pude sentirme parte de él y eso fue maravilloso y un poco abrumador. A la vez quería ayudar a Jayne y June, decirles “haz esto” o “no lo hagas” cual si fuesen versiones jóvenes de sí mismas. Pero creo que es algo que no podría conseguir ni aunque yo fuera parte de su historia ficticia pues no se puede ayudar a alguien que no quiere tu ayuda, que aún no está lista para abrir los ojos y contemplar una perspectiva más amplia de su realidad.
Todo se trata de un trabajo muy propio y personal y esto es algo que vamos contemplando conforme avanza la historia. A la par de que Jayne va sanando la relación consigo misma y con su turbulento pasado vemos también cómo se fortalece la relación con su hermana June, quien le ayuda a ver a sus padres con otros ojos, a hacerse preguntas y considerar cosas que antes no había pensado.
June está lejos de ser la estereotípica hermana mayor perfecta. Es humana y a pesar de su éxito académico y profesional resulta ser tan auto destructiva como Jayne sólo que a su forma peculiar. También pude identificarme con June, con la pequeña diferencia de que deseaba cosas de su vida, aún sabiendo que no es perfecta y que en su caso son cosas demasiado banales y carentes de significado en comparación con lo que estaba atravesando. También fui la rara, la outsider, aunque nunca tan valiente y terca como para hacerme notar sin importarme la opinión ajena.
Creo que no tengo más que decir. No quiero entrar en detalles porque considero que la historia por sí misma se disfruta bastante conforme la vas descubriendo.
Así que si eres fan de las historias que tienen lugar en Nueva York, de los libros Young Adult, Gilmore Girls o tienes hermanos considero que puedes empatizar mucho con este libro y también disfrutarlo.
¡Ah! También tiene su toque de romance, muy tierno y realista. En lo personal me encanta que haya aunque sea una subrama romántica en todo libro.